Roda: Un propósito mayor
¿Qué pasaría si te dijera que tienes una oportunidad para cambiar la forma en la que ves tu vida?
Cuando me
hablaron por primera vez del RODA y de lo que hacen aquí, la verdad me sentía un
poco temeroso, ya que era un reto, el reto de conocerme a mi mismo, de ser
honesto y de saber lo que en verdad quiero en la vida.
Es un
cambio, un giro de 180 grados, al saber que no solamente tienes que ser
disciplinado, perseverante, reflexivo y estudioso. Nosotros buscamos ese algo
extra, ese diferenciador que distingue a los que están dentro de los que están fuera.
Este
diferenciador marca el ritmo, las reglas del juego, la cancha misma, ya no
compites con los que están fuera, ni si quiera con tus amigos y compañeros del
RODA, compites contra ti mismo, tú eres tu mayor rival, ese que, en cuestión de
segundos, te puede dejar tirado en la lona.
El cambio
depende de ti, si te levantas, si sigues luchando, remando contracorriente,
estudiando, entrenando cada día, no por ti, ni si quiera por el dinero o la
fama, sino por un propósito mayor, podríamos llamarlo: El propósito mayor.
Ese que está
por encima de todos y de todo, el que está por arriba de todos los propósitos
que hubo, hay y habrá, por el que estarías dispuesto a darlo todo.
Esto es lo
que definí aquí, en estas dos semanas, y lo que estuve tratando de definir toda
la vida, esto iba puliéndose en cada platica, tertulia, charla con los
invitados, en los libros y oraciones, en cada juego de futbol de mesa y en cada
reflexión, escuchaba esa voz en mi mente.
Pero esto
suena demasiado místico y misterioso, la verdad es que soy un chico ordinario,
con una familia ordinaria en una ciudad ordinaria, pero da la casualidad que he
tenido la bendición de conocer a personas que son extraordinarias.
Yo, sin
ellas, no estuviera aquí, y la verdad ni si quiera sé donde estuviera sin ese
mar de personas que me ha guiado, tenido paciencia en mis errores y dado
lecciones que jamás olvidaré, personas que van desde mis padres, hermanos,
amigos, profesores y mi novia, hasta la señora que me agradeció con una manzana
por ayudarle a cargar el mandado y me platicó o más bien, se desahogó conmigo sobre
cómo su nieto era un chiflado mal educado, pero al llegar a su casa, me dijo
que en verdad lo amaba mucho y que él era todo para ella.
Agradecido
principalmente con Dios y con las personas que no conozco, que están en las
sombras, cuidando al RODA, apoyándonos y teniéndonos fe, porque yo también
tengo fe, fe en que cada pequeña acción que hagamos, cada decisión que tomemos,
si somos sinceros con nosotros mismos, Dios simplemente nos iluminará el camino
y nos dará todo para que crucemos con seguridad y firmeza.
Yo no
espero salir del programa siendo el mejor y más famoso matemático del mundo,
aunque sí mejorar, prefiero y sé que seguiré disfrutando y agradeciendo todas
las pequeñas cosas ordinarias, desde darle las gracias a mi madre y padre por la
mañana, hasta la oración de antes y después de la comida.
Todo esto,
siguiendo mi propósito y ayudando a los demás a encontrar el suyo.
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