El camino.

En los dos blogs pasados traté de abordar el tema sobre las dificultades que nos trae el comenzar algo nuevo. Independientemente del tamaño que sea el reto o meta, creo y espero que esto te haya ayudado a dar el primer paso.

En este, trataré de ayudarte con consejos de una perspectiva humanística para no darte por vencido tan rápido.

Si ya leíste los dos blogs pasados, espero y ya hayas comenzado en lo que sea que te hayas propuesto. Tal vez aún no encuentras el ritmo, o la meta parece inalcanzable, pero lo importante es que ya diste el primer paso de muchos.

Sé que el principio puede parecer agobiante, pero recuerda no intentar comerte el pastel de un bocado, trata de recordar en los momentos de angustia, que estás avanzando poco a poco. Es importante que te des cuenta de esto porque literalmente, reconocerás que estás avanzando. Te darás cuenta que no estás quieto, aunque a una muy gran escala así lo parezca. 

Así que felicidades, ya solo tendrás que vivir con la angustia de no tratar de arruinar tus planes para así poder completar tu meta de una forma más o menos decente.

Es broma, aunque sí podrías afrontar cada día con esta forma de pensar, es poco recomendable, así que por tu salud mental, sólo controla tu respiración y sigue leyendo.

Esto que diré podrá parecer un poco cruel al inicio, pero es la verdad, y la verdad no se puede ignorar o quitar, hay que saber trabajar sobre ella, aunque haya veces que duela saberla.

A lo largo del camino del reto o la meta que te propusiste, nunca dejarás de tener problemas. Esto te habrá sonado o te parecerá lógico, pero lo importante de esto es saberlo en verdad, es decir, no solo haberlo escuchado, sino razonado y entendido que no siempre podremos controlarlo todo. Si tú reconoces esta delgada línea de entre lo que podemos controlar y lo que no, te ahorrarás mucho tiempo y esfuerzo en estar cambiando cosas que parecen inmutables.

Hasta ahora, ya tienes el porqué quieres hacer eso, que en mi opinión es lo más difícil y complicado de saber, así que prácticamente ya tienes la mitad del camino recorrido. Pero ahora deberemos de explorar los cómos.



A lo largo de mi vida, cuando he querido lograr algo, ya sea comenzar a entrenar o querer ser mejor estudiante, hay dos factores comunes. El primero es un guía, esta persona es alguien ya con experiencia en el ámbito que te quieras desempeñar, si eres alguien que apenas quiere ir al gimnasio pues nos parece obvio pedirle consejos a la persona que sabemos que lleva tiempo practicando varios deportes y le gusta compartir lo que hace, no al chico de lentes y flaquito que se le baja la presión al levantar la mancuerna de 5 kilos.

¿Pero para qué me sirve un guía? ¿Qué acaso no está toda la información en internet?

Yo recomendaría mucho tener a alguien que sepa lo que hacemos, por dos razones: La primera porque esta persona ya vivió al derecho y al revés lo que para nosotros es algo nuevo. Ya sabe los trucos, las mañas, qué caminos tomar en qué momento, y sí, aunque no tiene toda la información en internet, él ya sabe y usó su razonamiento para decidir qué información de toda la que existe es la nos podría ayudar. Y la segunda, es que es alguien, es decir, no será una hoja en una pantalla fría. Será alguien que tendrá sentimientos y emociones, alguien que en los momentos en los que te sientas mal, podrás platicar y te escuchará y te apoyará, cosa que es muy difícil que haga una computadora.

El segundo y último factor común, son los amigos/pareja.

Creo que estos son tan importantes como el primero, ya que, si tienes verdaderos amigos o una relación verdadera, tendrás a alguien que te respalde, a alguien con quien divertirte y despejarte, pero también a alguien con quien compartir cosas que no compartimos tan fácilmente, las cosas cursis o existenciales que sí, las podríamos compartir con nuestro guía y en algunos casos lo haremos, pero no será lo mismo por el diferente tipo de relación que desempeña cada uno.

Nos darán su confianza y tú les darás la tuya, pertenecerás a un grupo y te sentirás pertenecido, cuidado y protegido. Te sentirás seguro porque tendrás una base sólida y podrás continuar esforzándote por lo que quieras con total seguridad.

En conclusión, a veces es difícil aceptar la realidad, pero es mejor afrontarla sabiendo que tenemos personas que nos quieren y nos apoyan en todo momento para así poder disfrutar y aprender de todo tipo de momentos, desde los más duros y caóticos hasta los más felices y tranquilos. 


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