Los caminos de la vida

Hoy me gustaría platicar una anécdota. Hace un par de días venía rumbo a mis actividades cotidianas. Decidí tomar transporte público para arribar a mi destino lo más pronto posible. Al subirme al transporte me coloco mis audífonos y comienzo a escuchar música durante el trayecto. 

Al ir concentrado en oír música (traía la playlist en modo aleatorio) mi dispositivo reproduce una canción llamada “Los caminos de la vida”, la cual llamó mi atención por la letra. Anteriormente la había escuchado una, dos o tres ocasiones, sin embargo, jamás había puesto mi atención en lo que decía. 

“Los caminos de la vida no son como yo pensaba, como los imaginaba. No son como yo creía”. – Dice la primera estrofa. 

Otra frase dice: “Yo pensaba que la vida era distinta. Cuando estaba pequeñito yo creía que las cosas eran fácil como ayer”. 

De infantes manteníamos suposiciones como que si uno pedía un dulce, un juguete o cualquier otro objeto que llamara nuestra atención, papá o mamá nos daría eso que queríamos, muchas veces fue así, otras tantas no. A consecuencia de esto, de alguna manera nos formulaba nuestra mente que fácilmente podíamos conseguir lo que quisiéramos. No obstante, sabemos ahora como adultos que no es fácil simplemente pedir y que te den lo que quieres. 

A lo largo de nuestros años cumplidos de vida, poco a poco notamos que nuestros padres trataban siempre de darnos lo mejor. Se esmeraban en brindarnos todo lo que uno necesitaba (vestimenta, calzado, comida, útiles para la escuela, un celular, un equipo de cómputo para tareas, entre otros artículos) y, de alguna manera, crecer nos ayuda a entender que no tan fácil es cumplir con todas estas tareas simultáneamente. 

La vida es muy bonita, día con día aprendemos cosas nuevas, hacemos amistades, convivimos con familia, nos divertimos en fiestas, bailamos, cantamos, leemos, todo esto es maravilloso, pero no siempre será así. Recalcó la letra de la canción: “Los caminos de la vida no son como yo pensaba […] como yo creía”. Y es que, ¿quién nos enseña a vivir la vida? No existe un manual, un instructivo el cual nos diga cómo se vive una vida. Si algo es cierto es que hay que tratar de llevar nuestra vida lo más plena posible, ofrecerla a Dios y evitar trompicar en vis muertas (Léase el artículo “Daniel Bernoulli y la vis viva”). 

En resumen, así como papá y mamá nos ayudarnos a conseguir muchas de nuestras metas, que estoy seguro hasta hoy día de algún modo nos siguen apoyando como pueden,  nos toca a nosotros, como hijos, devolverles esa alegría que en algún momento nos provocaron a nosotros. Hay que entender que los padres también llegan a su edad de cansancio y ya no lo pueden todo. 

“Porque mi viejita ya está cansada de trabajar pa’ mi hermano y pa’ mí, y ahora con gusto me toca ayudarla, y por ella lucharé hasta el fin”.

~ JAG


Comments

Popular Posts