Sueño Arrepentido



Carl, un hombre de 32 años, apasionado por los coches, y por su familia, tuvo un gran accidente. Él contrajo matrimonio hace 10 años con Margot, que a los 2 años de casados le dio 2 hermosos gemelos, llamados Daniel, y Melissa.

Este hombre tenía un vicio bastante grande, los carros. Desde pequeño le encantaban los carros, coleccionaba los autos de juguete, investigaba cómo eran por dentro y por fuera, y su sueño lo llevo a estudiar Ingeniería Automotriz. Él acostumbraba que al menos 2 veces por semana diera un paseo en su Mustang GT, el cual era un carro con el que había soñado hace años, en un terreno baldío, donde era libre de hacer todo tipo de trucos, derrapes, etc.

Claro que siempre quiso enseñarle a sus hijos y esposa su más grande pasión, aunque estos no compartieran ese gran gusto. El hombre iba a todo tipo de concursos, como “adivina el coche”, programas de preguntas y respuestas, pero todo quedaba en un simple hobby.

Un día, por fin, decidió llevar a su familia en su Mustang a un paseo, al mismo terreno baldío. Curiosamente era algo diferente ese terreno, parecía que empezarían a construir porque había bultos de cemento, varillas, montañas de piedras, pero esto no lo detuvo para dar el paseo con sus trucos. Aún quedaba mucho espacio libre para disfrutar su afición junto a su familia.

Empezó lento ya que su familia no estaba acostumbrada a ir tan rápido en un coche, así que poco a poco fue incrementando su velocidad. Ya con más confianza empezó a derrapar el coche con gran estilo. Su familia, asombrada por la habilidad de Carl, pedía más velocidad y más adrenalina. Carl no pudo resistir así que aceleró aún más. Solo que no contemplaba que en el suelo habría más cosas por la construcción futura. En el suelo había objetos puntiagudos con los que, al pasar por ahí, las llantas se poncharon. Esto ocasionó que el coche se volcara.

Estuvieron un tiempo inconscientes, y al llegar la ambulancia los llevaron a emergencias. Carl se despertó en una camilla preguntando por su familia. Y rápidamente le dijeron que se tranquilizara, que su familia estaba bien, al igual que él. 

Los dieron de alta para que pudieran salir y seguir disfrutando de su vida, si es que podían. Aunque haya pasado ese accidente, Carl no se sintió desmotivado en ningún momento, ya que su familia aparentemente estaba sana. Él siguió con su hobby como de costumbre.

Pasados los días él escuchó voces en su cabeza que no lo dejaban tranquilo. De la nada escuchaba frases como “no fue su culpa”, o “no era su intención” pero no entendía el porqué. Aunque tampoco le dio mucha importancia, ya que pensaba que podía ser que el golpe que se había dado en el accidente ocasionó las voces. Al seguir con su vida, notó algunos cambios, a sus hijos les interesó más los carros a pesar del accidente, en el trabajo le aumentaron el sueldo y lo promovieron. Además, su esposa no estaba ni un poco enojada por el accidente.

Realmente parecía ser que el accidente hasta había mejorado su vida, porque gracias a su afición obtuvo una mejor convivencia con su entorno. Estaba viviendo un sueño. Lo único que no lo dejaba dormir tranquilo eran las voces que escuchaba de la nada. Ya no solo se escuchaba “no fue su culpa”, sino también se escuchaba “no sé como decirle”, y “no quiero estar ahí cuando se entere”. Incluso llegó a escuchar “me compadezco de él, no se lo merecía”.

Ya le estaba preocupando escuchar nuevas frases en su mente. Así que se fue a dormir para ver si era la falta de sueño. Pero al despertar no despertó en su casa, despertó en una camilla del hospital. No podía creer que estaba ahí, intentó gritar para que alguien fuera a ayudarlo porque no sentía las piernas, ni veía bien de un ojo.

Al escuchar los gritos de Carl, acudieron los médicos a él, preocupados por su mortificación. Rápidamente Carl preguntó – ¿Dónde está mi familia? – pero los médicos no decían nada. Ni siquiera podían expresar una palabra. Era tan desafortunada la noticia que ni con su basta experiencia lograban encontrar una manera de responder a su pregunta.

Carl en su desesperación preguntó - ¿Dónde carajos están mis hijos y esposa? Necesito verlos, yo los vi antes de dormir, ¡tráiganlos ya!

Un médico le dijo lo siguiente:
- Carl, lo lamento mucho, pero tu familia no logró sobrevivir al accidente, al llegar al hospital ya habían fallecido. Tú en cambio lograste sobrevivir, pero el accidente te dejó lesiones permanentes. No podrás caminar de nuevo, y uno de los fragmentos de vidrio del coche te hirió el ojo, no podrás ver del ojo izquierdo. Realmente hicimos lo que pudimos, pero no logramos éxito en nada. Lo siento mucho. 

~Carlos Villegas Jr


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