A tus padres

Es difícil el trabajo que hacen los papás. Es más, ¿por qué decimos que es un trabajo? Y pensándolo bien, se ha ido haciendo modismo decir esa frase, frase que es para cualquier género, sin distinciones, para chicos y grandes. Incluso hay películas, libros de cualquier índole aclamando la idea. Quizá sea porque en fondo lo consideran un trabajo. Todos los consideramos. ¿Por qué? 


El niño no piensa como el adulto, quien es basto de experiencia, con criterio y conocedor. El niño tiende, hasta cierto punto, a arruinar las cosas con sus actos y el padre idealmente es un hombre hecho de amor y, ¿qué quiere decir eso? Que el castigo lo mitiga del extremo al castigo verdadero, siempre quiere suavizar la lección, porque comprende el dolor que provocaría el exceso. Pero como hombres, somos lábiles al momento del sentimentalismo, a dejarse llevar por la vara educadora. ¿Acaso no es difícil controlar emociones flamantes por el estrés cotidiano? Estrés acalorado por el trabajo, los pagos, relaciones personales, etc. Yo pienso que ha de ser difícil cuidar incluso la forma de dirigir la palabra. 

En buen momento la experiencia hace del padre un sujeto que se traslada en el tiempo acumulando infinitas situaciones. En la práctica se ve a los padres como un libro con páginas ilimitadas en experiencias y anécdotas cada vez más intrigantes, bueno solo si estás listo para la charla particular o el momento que amerita la historia. Son ellos quienes protegen y quitan los guijarros del camino, el cual sólo se debe caminar. Los padres son maravillosos, porque por amor cuentan cosas embarazosas o personales, incluso algo que hicieron mal. Solo la confianza y el sentimiento de culpabilidad, aunado a la “doble cara de la moneda”, es lo que los lleva a contar tales cosas pues incluso podría salir en contra suya. Es más, es inaccesible a cualquiera y por un motivo decidieron contártelo a ti.

Un sencillo ejemplo de cuando se es joven, y se empieza a salir a fiestas, es lo que los padres suelen decir. Reprueban el consumo de alcohol y drogas, además de otras prácticas indebidas que se suelen hacer en fiestas juveniles.

Uno como joven piensa vagamente como: ¿a poco ellos no salieron a fiestas? Al hombre lo hace el tiempo. Ellos conocen que puedes ser tentado a hacer algo de lo que te dijeron que no hagas, pero si ni siquiera existieran esas palabras un instante antes de abrir la puerta, e irte al círculo de la fiesta, se tomaría como concientización de que si se me antoja lo puedo hacer. Aquí un aplauso para aquellos más dominadores de sus apetitos, pero no los exenta. Los padres conocen las consecuencias, pero aun cuando le desobedeces “recuerda el párrafo anterior”. Cuando se es mayor, ahora somos nosotros quienes buscamos sus consejos.

Se dice que: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su único hijo” (Juan 3:16). Entonces amor es entregar. Los padres se entregan día con día. En los extremos de la humildad se plasma esto, ¿acaso el padre no busca la muñeca para que juegue su hija? Y eso que jugar para algunos hombres es lo menos esencial que necesitan los hijos, porque ni siquiera es necesario pero, son niños, los niños juegan. Hasta son capaces de dejar el alimento para dárselo al crío. Los padres hacen maravillas. 

Entonces ¿por qué seguimos diciendo que es un trabajo? El trabajo también se hace con amor porque con el trabajo se santifica el hombre. Al hacerlo bien evita que el prójimo se moleste si está mal hecho. De hecho es importante que a todos nos guste nuestro trabajo porque dependiendo de la cultura se puede tomar como un peso o como relajación. Porque los niños que eduquemos y acojamos serán la sociedad del prójimo. Quiero decir que sí es un trabajo porque para mí, como padre, no sería difícil ordenar y medir igual como un tirano. Si tengo hambre pues comer porque soy más grande o egocéntrico y de ligero aire que no me preocupe otros. Pero un trabajo no es fácil, es necesario mucho esfuerzo y pensar. A los padres.


Comments

  1. Estoy de acuerdo en que tal vez no tendríamos porque llamarlo trabajo, pero si te pones a pensar el trabajo es la acción de ocuparte en algo y ser retribuido. En el caso de cuidar a un niño, te ocupas, es cansado, y eres retribuido de mil y un maneras. Diría que es la profesión perfecta (claro, si se trata de tus hijos jaja). Me gustó como añadiste cosas que nos pasan cotidianamente como cuestionar a los padres, y el como los papás se entregan por completo. Buena krnal.

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