Abracemos la muerte
“Cuando dejas de tener miedo a la muerte, la muerte ya no existe porque nunca vas a vivirla”. – Javi Torres
Hay miles de enigmas en
la vida, preguntas sin responder, dudas existenciales, interrogantes que
morimos por saber o tan siquiera entender. Pero la única certeza que tenemos es
que algún día moriremos.
Cuando escuché la frase
del inicio, se movió algo en mi cabeza, me tomó por sorpresa, me encontraba
viendo un video de 2 personas comentando la vida de un futbolista. Me pregunté,
¿realmente la muerte es algo que existe? Claro que la veo a mi alrededor, miles
de personas mueren al día, y más en la situación actual. Se podría decir que
hemos aprendido a convivir con ella, pero eso no significa que no la resintamos
cuando golpea cerca de nosotros. Entonces, ¿existe? ¿O solo existe mientras estás
vivo?
La muerte. Reflexionar
sobre ella nos hace reflexionar acerca de nuestra vida. Recordarla nos hace
apreciar la vida. Poniendo un ejemplo demasiado extremista, es como si todos
los días nos cuestionáramos el suicidio para así valorar la vida, al oírlo así
suena un poco oscuro y triste, pero, aunque no lo queramos, es algo que hacemos
pasivamente en nuestra cabeza. Buscamos la supervivencia, eso incluye el no
quitarnos la vida. De nuevo, oscuro, sí, pero real.
¿Y si negamos la
muerte? ¿No sería mejor vivir una vida sin tener en cuenta que en cualquier
momento moriremos? Negar la muerte es negar la vida, si la muerte no existiera,
o si para ti no existiera, la vida carecería de sentido porque, ¿qué es un
inicio sin un final? La muerte es el final, la vida es ese interludio entre
nacer y morir. Sin final, no hay inicio, y sin inicio no hay mitad o intermedio.
Todo se vuelve vacío y sin ningún sentido. No hay vida.
En todo hay extremos
opuestos, blanco y negro, bueno y malo, luz y oscuridad, victoria y derrota,
pequeño y grande, ordenado y desordenado, vida y muerte. Creo que ya cachaste
la idea. Los unos sin los otros no tendrían sentido. Para entender lo que es
una victoria necesitas el contraste de la derrota. Para apreciar la perfección
(o algo parecido) debes de saber apreciar la imperfección. Estar todo el tiempo
en alguno de los extremos hace que todo se vuelva monótono. Cuando juegas algún
deporte y solo ganas, la victoria se vuelve menos valiosa; cuando solo ves
cosas perfectas, estás comienzan a aburrir; si fuéramos eternos (o tuviéramos
esa mentalidad) la vida perdería valor.
Y al morir, ¿deja de
existir la muerte? Al menos para los vivos, no. Como dije, es algo con lo que
convivimos cotidianamente. Para los muertos, no te podría decir con certeza
porque aún me quedan aproximadamente 21,419 días por vivir. Y al llegar el día,
no creo que pueda escribir sobre ello, tocará saberlo por experiencia propia.
En cuanto a mí, tengo la hipótesis de que si existe aún muerto.
Admirar la muerte hace
que admiremos la vida y le demos el valor que se merece. Somos más que
afortunados de tener la vida, como así lo somos al tener la muerte. Abracemos
la muerte, no huyamos de ella. La persona promedio vive unos 79 años, o 28835
días. Al verlo así parecen muchos, pero a la vez pocos, por eso mismo decimos
que cada uno es un regalo, un presente. Yo ya he dejado atrás 7416 días, ¿qué
he hecho con ellos?
Como enuncia la frase:
sí, dejemos de tener miedo a la muerte, pero reconozcamos que existe y que, sí,
no la viviremos, pero por lo menos tenemos la certeza de que existe mientras
respiremos. Aprovechemos los días y agradezcámoslos, la vida es muy corta para
no ser feliz o no amar, con todo lo que eso conlleva.
~Dica
Gran blog, en general me gustó mucho pero no comparto la idea de admirar a la muerte, creo que en este caso sería mejor no caer en los dos extremos de, o admirarla o negarla, sino saber reconocer y afrontarla como lo que es.
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