El costo de la excelencia.

 La semana pasada, en una clase de la carrera, la maestra notó que la asistencia se había reducido a casi la mitad del grupo (somos alrededor de 40 y estábamos entrando a clase, a lo máximo 20 personas). Ya que esta no era la primera ocasión, la maestra se decidió a preguntarnos sobre qué estaba pasando.

Una de mis compañeras le respondió entre broma y en serio, que estábamos en ese momento del semestre en el que ya no sabes si darte por vencido y resignarte a reprobar la materia, o seguir luchando para pasarla.

Esto se me hizo un poco extraño, ya que yo también me sentía un poco desanimado, con muy pocas ganas de seguir estudiando y hasta cansado físicamente. Veía que aparte de que los temas se están complicando un poco, ya cada vez falta menos para vacaciones, así que prácticamente ya estamos viendo la luz al final del túnel (de buena o mala manera).

Al seguir con mis clases, noté durante toda la semana que esto no era cuestión de una única materia. Este “fenómeno”, se repetía durante todas las clases de toda la semana y me pregunté el porqué la mayoría de mis compañeros, de todas mis clases, y yo, nos sentíamos con un poco de inseguridad y temor hacia el futuro.

Le di vueltas al asunto durante un par de días, hasta que, en mi preceptoría, platicando con el profesor, le comenté cómo me sentía con este caso de llegar a no pasar alguna materia. Él me respondió seriamente en forma de pregunta:

  • ¿Cuántas horas a la semana le tienes que dedicar para sacar esa “chamba” adelante?

Y yo le respondí que alrededor de unas diez horas de estudio semanales de una sola materia, más las cinco clases de esta misma, podrían servirme de mucho. Y él me dijo:

  • Bueno, entonces pon 12 horas semanales en tu calendario.

Yo me quedé asombrado por la forma en la que lo decía. Yo nunca había estudiado 17 horas semanales (5 horas de clases más las 12 de estudio) y menos de una sola materia, creía que me iba a volver loco.

Pero él, al verme un poco angustiado, me empezó a platicar sobre cómo los mejores atletas llegaron a ser, los mejores atletas. Probablemente ya habrás escuchado la historia sobre cómo Michael Jordan, al no ser seleccionado en varios equipos de su preparatoria y universidad, comenzó a entrenar cada vez más duro.



Se dice que después de los entrenamientos en los equipos B o equipos de segunda división, se quedaba y hacía mil tiros, todos los días. Obviamente con más trabajo duro y dedicación consiguió los seis campeonatos con los Bulls, su paso por el Dream Team y los All-Star.

O también habrás escuchado de cómo Hugo Sánchez, al llegar al Real Madrid de España, el entrenador le dijo que con esas piernas no aguantaría ningún partido. Así que después de los entrenamientos corría por las gradas del Santiago Bernabéu, haciendo todo tipo de ejercicios.

Así, consiguió el “pentapichichi”, una copa de la UEFA, una copa del rey y tres Supercopas de España.

Obviamente estos casos no son iguales en magnitud, pero sí se parecen mucho en el contexto en el que se sitúan.

Estando en una situación en la que hay un mal futuro, puedes reaccionar de dos maneras: o te encierras en ti mismo y no luchas por lo que quieres, o llegas al Bernabéu y te quedas a entrenar más horas mientras todos ya están dormidos o descansando.

Aquí, creo, es donde se marca mucho tu actitud frente a los problemas, pero si tú crees que eres de las personas que se dan por vencidas frente a los problemas por venir, puedes cambiar y por recomendación propia, creo que deberías. Ya que esto te hace una persona con mucho rango de presión y de habilidad frente ocasiones de mucho estrés o tiempos muy difíciles.

Para esto, creo que podríamos comenzar con pequeños cambios que ejerciten virtudes como la fortaleza, firmeza o paciencia. Y aparte de esto, saber qué ventajas tienes de tu lado.

Tal vez creas que no tienes ninguna ventaja o nadie que te apoye, pero te aseguro que si estás leyendo esto estás muy por encima de la mitad de la gente, ya que tienes un dispositivo que se puede conectar a internet y desde este, puedes aprender casi lo que sea.

O tal vez no tengas ningún dispositivo, pero si conoces a una persona que conoce a otra persona que te podría ayudar, o conoces un lugar donde podrías comenzar a aprender algo que te gusta.

Es solo cuestión de tener la fortaleza necesaria para ser inteligente y dar el paso que te liberará de tus miedos y el encierro en el conformismo, aun sabiendo que es muy difícil lograrlo, esto es lo que nos convierte en hombres.


Comments

  1. Confirmo que estamos en esa etapa del semestre jaja me gusto como lo comparaste con deportistas, es como si fueramos nosotros "deportistas escolares":0

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