Para todo el mundo

 

El hombre siempre está en constante movimiento y buscando aquella brecha de verdad. Cuando digo que está en perpetuo movimiento quiero decir que, “pese a ser un sedentario”, existen múltiples causas para sus desplazamientos geográficos, con el propósito de cambiar a una mejor vida, o para algo más cómodo, de las situaciones que le rozan frecuentemente. 

Se puede cambiar de colonia, de ciudad, de estado o de país y de esta última situación es en la cual hay tanto reproche por individualidad. Ahora bien, explayaremos un poco más el mapa para comprender qué sucede. 

Los migrantes son personas que salen de su país para vivir en otra entidad con el propósito más denso, escapar de la pobreza. Entre otros pueden ser por factores ambientales, en casos algo particulares por un trabajo, y simplemente se quiere un mejor flujo de vida y no se culpa. Estas decisiones son comunes, pero lo que sucede es que hay veces en las que un gran grupo de personas salen de su país, y sin alternativa alguna, por ser una zona de conflicto o un mal manejo del gobierno. Cuando sucede esto último es triste porque aquel que decidió irse del país para huir de la pobreza al menos lo eligió considerablemente con sus previas medidas de su paradero. Incluso pudo tener una preparación mental para afrontar con lo que se cruzara, sin embargo, aquel que debió huir por una guerra o una tiranía, no espera qué hacer en esos momentos, es inmediato.

El punto aquí es que ese gran número de personas no son recibidas con el respeto y empatía en otros países. Estados Unidos controla el 20% del flujo de los refugiados mientras que el resto se divide entre países ricos como Inglaterra, Alemania o Reino Unido. La población mundial firmó un tratado (convención de refugiados) después de la segunda guerra mundial para garantizar asilo a la población ante esas crisis. Aunque inicialmente se limitó a países europeos, hoy en día se extendió a más países latinoamericanos.

Es necesario hacer conciencia que estas personas no vienen por su voluntad, más bien son arrastrados. Es difícil pensar qué hacer y cómo ayudar. Llegué a pensar que cuando llevaran a nuestra zona tendríamos que darles morada. Erróneamente, un departamento de la ONU vigila el desplazamiento y rumbo que toman los migrantes. Es controlado para distribuir las zonas con mayor probabilidad de trabajo y hogar. Es esto lo que preocupa en la población, ya que cualquiera pensaría que en algún momento te podrían robar o hacer algo a tu familia por necesidad o algo por el estilo. Pero no es así, al entrar a un país son considerados con los mismos derechos y juzgados con la misma vara. 

Aun con estas medidas lamentablemente algunos refugiados viven en condiciones deplorables o sin trabajo, en ocasiones hasta se les prohíbe el acceso a la educación. Es algo que podría pasarle a cualquiera y deberíamos ayudar como quisiéramos que se nos ayudara a nosotros en esa anormalidad. Es un llamado de atención tanto a la población como a la organización. 

No todo es malo pues hay quienes apoyan en anonimato.