CAPITULO 7



"Un Futuro muy cercano"

La vida dio un giro inesperado, por mi mente pasaba “Dejé a mi madre sola con esas personas, ¿qué le pasaría? ¿De verdad estará bien? Ella está arriesgando su vida por mí y no pude ver cómo estaba”. En ese momento me sentía la peor persona, juzgué mal a mi madre, "a mi madre". No me sentía bien en ese instante, lo importante era que mis amigos estaban bien y que no les había pasado nada malo.

Mi madre, mientras tanto, estaba en la casa con un hombre muerto en el suelo, esperando que entrara alguien para disparar y así darse tiempo para salir huyendo, pero la jugada le salió mal. Le llegó alguien por detrás, con un pañuelo, la desmayó y la arrastró por el suelo sigilosamente.

Mientras tanto, mis amigos y yo íbamos corriendo por el bosque guiándonos por la carretera para llegar al pueblo. Sentimos una fatiga tremenda y paramos, vimos nuestras caras con un gesto de felicidad al saber que todos estábamos muy bien. Pasó tiempo y llegamos al pueblo, no teníamos idea de lo que íbamos a hacer. El plan era esperar a la mañana y contraatacar, pero la idea era extremadamente inútil, no teníamos la fuerza ni las armas para ir. Se escuchaba cómo patrullaban camionetas gritando que saliéramos de donde quiera que estuviéramos. 

Llegó la noche y ningún plan se nos hacía coherente para ir a aplicarlo contra ellos. En eso escucho la voz del vecino. —Los he seguido. Déjenme entrar.— Yo no confíe en él. Rápidamente les dije que bajaran la voz y que saldría  por una venta y lo sometería, y eso fue lo que hice. Rápidamente lo puse en el suelo.

—¿Qué haces aquí? —Le dije—.

—Me mandaron para negociar por tu madre.

Tomé la calma no quería exaltarme.

—¿Quién te ha mandado? —Contesté furioso—.

 —No es la secta de la granja, somos alguien más fuerte que trata de destruir a ese anarquismo y dar a ver que el pueblo estadounidense es más fuerte.

Le creí sus palabras, me convencían, pero cómo sabía que no venía por parte de ellos si yo lo escuché. Tendría que darle mi fe a esa persona, que gracias a él podría ver a mi madre de nuevo.

—Okey, te acompañaré.

Les dije a mis amigos lo que pasó, que regresaría más tarde y, que si no regresaba, que escaparan lo más lejos posible de este lugar.

Llegamos a un lugar muy diferente a la granja, eran unas cabañas en unas montañas. El problema es que había sido vendado de los ojos y no sabía el regreso.

Al llegar ahí vi a mi madre y lo primero que hice fue abrazarla. El vecino estaba contento todo el tiempo y me dijo que este era su equipo y su familia. De las cabañas salían familias con sus hijos y él parecía ser alguien muy amable. Me invitó a comer y a quedarme dormir,  mañana temprano podría irme. En la noche mientras cenaba con ellos veían que eran muy unidos. Mi madre estaba contenta, pero algo no me gustaba de este lugar, debía tener algo macabro por dentro tenía desconfianza después de lo que me pasó. En la mañana, mientras preparaba mis cosas, hablé con el vecino.

—Hola, ¿qué tal? Me llamo Robert —le dije—.

 —Mucho gusto Robert, me llamo Max. Es un gusto que estén aquí. ¿Se van a quedar supongo?

Por mi mente no sabía qué contestar, lo había pensado y, sin dejar que pasara un segundo, le contesté.

—Claro que sí. Solo, si no es molestia, ¿podría ir por mis amigos?

—Oye, pues por mí no hay ningún problema, pero no hay más cabañas y solo sería que compartieras la tuya y la de tu madre. 

Contesté —Excelente, iré por ellos y regresaré—.


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