La disputa

 De entre las muchas aplicaciones que son implícitas para la ciencia, entre las muchas que me gusta destinar para la ciencia, una de ellas es: que la ciencia te sirva para maravillarte de la grandeza de Dios. 

No fue hace mucho cuando vi en clases la relación que se guarda entre la ciencia y las humanidades. Inclusive el más reciente es un curso sobre la historia de México en siglos de caudillos. Es por medio de estas clases donde veo ciertas similitudes, y es que, la paz se encuentra quebrajada por el rechazo a la Revolución; y muy probablemente al decir esto caigo en un anacronismo, pero si esto se ha ido repitiendo en la historia, ahora sirve para diagnosticar futuros cambios. Digo, siempre ha existido una brecha de oposición al cambio, como lo es de un monarquismo a un poder federativo o la famosa mano conservadora contra la liberal.

Comencemos hablando de un poco con acentos religiosos y la linealidad que yace con la ciencia en futuros apogeos. La Biblia es un gran libro en el cual no solo se habla de la palabra de Dios, sino que además forma parte de nuestra cultura y trae consigo basto jugo histórico. Parte de la historia se había situado en un determinado tiempo y en un lugar flotante en antiguas tradiciones. La Biblia servía de guía para aquel que quería saber de la palabra de Dios, se extendió por todo Europa y Medio Oriente. Las primeras nociones históricas se entablaron siglos antes de Cristo y en ellas se aprecian grandes filósofos como, Demócrito, Anaxágoras, Tales de Mileto o Pitágoras. Todos ellos ya comenzaban a desarrollar un desprendimiento de sentido concreto y lo elevaban con una inteligencia, es decir, perforaban la realidad por medio de la inteligencia. Pero lo importante aquí es la base de un pensamiento desprendido de la materialización y encumbrado en un pensamiento creativo y reflexivo. Es creciente esta perforación de la realidad por más y más humanos, creando una cosmovisión diversa y que le dan al mundo. Esta visión del mundo está empotrada sobre la intuición, donde se diseñan articulaciones a partir de un tronco común. 

La vertiginosa visión que se le da al mundo en el apogeo de la ciencia traslapada a siglos posteriores de Cristo, llega a desvanecer dogmas y crear controversias en la relación que hay entre las humanidades y las ciencias. Como si una marcara el fin de la otra, cuando en verdad se deben contemplar como cimiento a la filosofía para el avance de la ciencia; que por cierto sirve como vía para acercarse a la realidad. 


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